El sistema literario es, como el político, una casa de putas cutres. Ni siquiera. Hasta las casas de putas tienen su punto de nobleza.
Leer cosas así nos hace sentir menos solos en la inmensidad de la galaxia de tinta.
El sistema literario es, como el político, una casa de putas cutres. Ni siquiera. Hasta las casas de putas tienen su punto de nobleza.
Leer cosas así nos hace sentir menos solos en la inmensidad de la galaxia de tinta.